Capítulo único.
Bill no puede dejar de mirar a Tom. No importa si está comiendo, durmiendo, o incluso manejando.
Bill
Kaulitz viaja en el asiento de copiloto de un Audi R8 gris mate. El paisaje a
su derecha es precioso, sin embargo, él está tan concentrado en lo que está a
su lado izquierdo que no le presta la más mínima atención.
Los
viajes largos en carretera son sus favoritos. Sobre todo cuando los hace con la
mejor compañía. Su hermano Tom reclina el asiento hacia atrás, sus piernas son
tan largas que puede golpearse las rodillas con el volante. Lleva solo la mano
derecha en el volante mientras que la izquierda está a su costado, fuera de la
vista de Bill. Lo que Bill si puede ver perfectamente es el perfil de su
gemelo; hoy no lleva anteojos de sol, así que puede observar con detenimiento las
largas pestañas cafés que cubren como cortinas sus ojos color avellana y
achinados por los rayos del sol que dan directo en su rostro. Su frente amplia
y la curva sutil que forma al iniciar su nariz, tan recta que podría trazar una
línea perfecta sobre ella. Y después su labios. ¡Esos labios! Si a Bill le
pagarán por cada vez que dice que ama los labios de Tom, ganaría más que con la
música, seguro…