Capítulo 7
La mirada de Bill está tan fija
en mí que puede que me haya perforado la mejilla. No me quita la vista de
encima en todo lo que dura la junta con los productores y yo estoy tan absorto
pensando en eso que ni siquiera soy capaz de enterarme de lo que dicen. La
situación es bastante bizarra porque es Georg quien está fungiendo como
representante de la banda y es el que más habla en la junta, si no es que el
único.
Me doy cuenta de que la reunión
ha terminado cuando todos empiezan a levantarse de la silla y a despedirse con
apretones de manos. Y solo me entero de que hay otra junta para decidir las
canciones oficiales la siguiente semana porque uno de los ejecutivos me lo dice
al despedirse de mí.
De camino a casa, Georg y Gustav
hacen la función de intermediarios en la conversación. Nos hacen preguntas
vagas y se responden a sí mismos cuando ni Bill ni yo las contestamos. Este
quizá sea el momento más incómodo que hemos tenido como banda, superando con
creces la noche en que nos vimos desnudos y borrachos al mismo tiempo por
primera vez.
Todos saltamos fuera del auto
cuando llegamos al departamento y una vez dentro de este las cosas no van
mejor.
—Bueno, los dejamos para que
hablen— Gustav y Georg abandonan la sala prácticamente empujándose el uno al
otro y Bill y yo nos quedamos como tontos sentados en el sillón y evitando
mirarnos.
—Este lugar es muy bonito— dice
Bill. Se aclara la garganta después.
—Lo es.
Otro silencio.
— Bill…—me animo por fin a hablarle.
Sus ojos se agrandan, sorprendido de que sea yo quién decide hablar primero.
—Quiero que arreglemos las cosas
Tom, no podemos seguir así. —Aquí vamos de nuevo.
— ¿Y cómo vamos a solucionarlas?,
¿Cuál es tu plan? Porque tú mejor que nadie sabes que no quiero volver a fingir
que estoy bien con solo ser tu hermano. — me pongo a la defensiva, previendo
que Bill sugerirá que deje de intentar llegar a algo más con él.
—No, Tom, escúchame por favor— se
queda callado un momento, con la cabeza baja. —Yo… quiero intentarlo.